La segunda jornada de los campeonatos del mundo de atletismo comenzó este sábado en Doha de forma casi clandestina: la presencia de espectadores en las gradas del Khalifa Stadium no llega al 10% del aforo. Si en la jornada de apertura la afluencia de aficionados no alcanzó la cifra de 20.000, el dato se ha desplomado el segundo día. Fuera de las zonas de prensa y las reservadas para la familia atlética (entrenadores, atletas, oficiales de equipo), las gradas están prácticamente vacías.
La primera edición de los Mundiales de atletismo que se celebra en Oriente Medio está llamada a batir récords negativos de afluencia de público, por lo escasa. Aunque no hay datos oficiales sobre la venta de entradas, se manejan cifras en torno a 50.000 para todo el torneo, más o menos las mismas que expidió Londres 2017 en un solo día.
En un recinto de grandes dimensiones como el Khalifa Stadium, con un aforo de 50.000 localidades, resalta todavía más la reducida presencia de espectadores, pese a que el Comité Organizador cubrió todo el segundo anfiteatro con lonas que exhiben lemas de la IAAF. La baja afluencia resulta todavía más sorprendente por tratarse del día en que se ventila quien es el atleta más rápido del mundo, en la final de 100 metros.
El programa de la segunda jornada contiene además, dentro del estadio, la final masculina de longitud y las femeninas de 10.000 y disco. Fuera, en la bahía de Doha, se disputan de madrugada los 50 km marcha. En el circuito de Corniche, este viernes en el maratón, el público también brillaba por su ausencia.