El canadiense Lionel Sanders en un triatleta de largo aliento. Ahí está su palmarés: subcampeón mundial de Ironman en Kona en 2017, campeón mundial de triatlón de larga distancia en su país el mismo año y subcampeón europeo de la modalidad 70.3 en 2016. Por eso, quizá, su marca en 5.000 metros no es demasiado brillante. Su mejor marca en la pista es de 14 minutos y 55 segundos desde 2013 y en este año sin demasiada competición en los tres deportes se ha propuesto bajarla.
Pero sus entrenamientos para lograrlo le están haciendo sufrir de lo lindo y demuestran que aún está lejos. En un test que se grabó marcó 15:42 minutos corriendo algunos metros más, completando el primer kilómetro en 3:01. En sus cálculos está llevar un ritmo algo más bajo, de aproximadamente 3:08, así que reconoció que tras el segundo kilómetro se vio fatal y estuvo a punto de parar a vomitar y que tiene ocho semanas por delante para seguir preparándose hasta recortar 50 segundos a esa marca y bajar su récord personal.
Lionel Sanders no tendrá nunca la punta de velocidad de otros triatletas que compiten, es cierto, en distancias menores, y que algunos vienen del atletismo. El caso más paradigmático es el del joven británico Alex Yee, que tiene 13:29.18 en 5.000m y 7:45.81 en 3.000m y en 2018 incluso compitió en los Europeos de atletismo de Berlín antes de centrarse en el triatlón, donde el año pasado quedó 12º de las Series Mundiales con un 2º puesto en Abu Dhabi con una enorme remontada en la que solo fue superado por Mario Mola. El mallorquín es otro destacado corredor por su pasado en el atletismo. Este año ha vuelto a la pista 11 años después y ya ha puesto su marca personal en 5.000m en 13:41.58, lo que le da billete para el Campeonato de España de atletismo. Antes, toca mundial este fin de semana en Hamburgo en la modalidad sprint, la que más puede explotar.