En un domingo eléctrico para la velocidad estadounidense ardió la pista del coqueto Icahn Stadium de Nueva York y sus apenas 5.000 asientos y en ella Devon Allen, protagonista absoluto de NY Grand Prix de categoría oro del Continental Tour tras Sara Gallego, récord de España de 400 vallas, plusmarquista mundial en la pista cubierta, y parar el cronómetro en 12,84s (+1,6 m/s), tercera marca de la historia tras el récord mundial del también estadounidense Aries Merrit (12,80s) y del propio Holloway el año pasado (12,81s), en lo que supone un recorte de 15 centésimas a su marca personal de septiembre.

Allen, de 27 años, parecía haberse instalado en la élite de las vallas sin terminar de sobresalir. A los Juegos Olímpicos de Río llegó entre los favoritos a la victoria y terminó 5º en la carrera en la que Orlando Ortega se colgó la plata. En Londres 2017 cayó en semifinales y en Doha 2019 entró 7º lejos de la lucha por el podio. El pasado verano, la medalla olímpica en Tokio se le volvió a escapar, esta vez por cuatro centésimas. Después, llegó su reivindicación: ganó la Liga de Diamante y bajó de 13 segundos en Zagreb.

Por eso, tras ese renacer en el atletismo, sorprendió que firmara el pasado ocho de abril un contrato de tres años con el equipo de fútbol americano de la NFL Philadelphia Eagles. Allen ya había jugado con los Ducks de la Universidad de Oregón antes de clasificarse para los Juegos de Río. Apenas mes y medio después de aquella cita, cuando todavía no era profesional en el atletismo, se desgarró el cruzado y se dañó el menisco de la rodilla izquierda en una acción defensiva, pero prometió volver.

Una prueba de velocidad con los Eagles en la que recorrió 36 metros (40 yardas) en 4,35 segundos fue definitiva para ficharle. Allen cree que tiene que demostrar sobre la hierba ser uno de los hombres más rápidos del mundo y espera ser el jugador más veloz de la NFL, aunque admitió que el receptor abierto de los Miami Dolphins Tyreek Hill (un exatleta de 10,19s en los 100 metros en 2012) le ganó una vez en secundaria.

Allen, que acaba de pasar la Covid-19 tras dar positivo el pasado 29 de mayo, espera ganarse una plaza en el Mundial de Eugene, donde con esta marca podría llegar como favorito al oro, y competir en el Hayward Field en el que tantas veces lo hizo. En cuanto termine, el 26 de julio, empezará la pretemporada con los Eagles para regresar al atletismo tras la Superbowl de febrero pensando en el Mundial de Budapest. "El entrenamiento es similar, se trata de ser lo más explosivo y fuerte en la pista y eso es más o menos lo que haré con el fútbol", explicó.

Alaysha Johnson, esperanza estadounidense en las vallas

El marcón de Devon Allen enseñó que la pista neoyorquina era rápida, como se confirmó en los 100 metros vallas femeninas en los que Alaysha Johnson se impuso con 12,40s llegando con fuerza desde atrás, a solo tres centésimas de la marca del año de la puertorriqueña Jasmine Camacho-Quinn. En los 100 metros femeninos, Aleia Hobbs (10,83s) se impuso a Sha'Carri Richardson (10,85s) y sus extravagantes vestimentas, que después se resarció ganando los 200 metros con claridad y 22,38s. En los 400 metros se esperaba con deseo la participación de la campeona olímpica de la vuelta con vallas Sydney McLaughlin, que finalmente no participó. Lynna Irby se llevó la victoria con 51,38s.

En la velocidad masculina, el campeón mundial Cristian Coleman ganó los 100 metros con 9,92s a Ackeem Blake (9,95s), que con 20 años se convierte en el tercer jamaicano que este año baja de los 10 segundos en lo que parece un pequeño renacer del país de Bolt, que desde 2018 no tenía atletas por debajo de esa frontera. Otro campeón mundial, Noah Lyles, se llevó los 200 metros con 19,61s, el segundo más rápido del año tras los 19,49s de Erriyon Knighton. En los 400 metros, ganó Tyler Terry con 45,70s.

El mitin no prestó mucha atención ni al mediofondo ni a los concursos. Los 800 metros masculinos, en los que se impuso la fuerza final de Bryce Hoppel (1:45.07), fueron la distancia más larga. En el triple salto, ganó el estadounidense Donald Scott con un registro discreto de 16,81m, mientras el castellonense Pablo Torrijos se clasificó 4º con un último intento ventoso de 16,41m (16,34m el válido) poco minutos después de que en La Nucía (Alicante) Jordan Díaz alejase más el récord de España que era de su dominio hasta febrero. Torrijos tendrá que seguir intentando la mínima europea (16,95m) y mundial (17,14m) en los próximos días.

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Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.

Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).

Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).