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El mundo aguanta la respiración durante algo más de diez segundos cada ciclo olímpico durante la final de los 100 metros, la máxima expresión de las carreras y uno de los eventos más mediáticos de los Juegos Olímpicos. Hasta el día de hoy, en categoría femenina, hacía veinte años desde que en la línea de salida no se alineaba la reina de la velocidad jamaicana: Shelly-Ann Fraser-Pryce, doble campeona olímpica, en Pekín 2008 y Londres 2012.
Las semifinales, a inicio de la jornada vespertina del sábado, fueron notablemente más turbulentas de lo agendado. Al son de las primeras gotas de lluvia que precedieron a la tormenta que condicionó la actividad, incluida la final de triple salto de Ana Peleteiro, llegó el gran bombazo de la jornada: al no saltar a correr la segunda semifinal, Shelly-Ann Fraser-Pryce puso el punto final a su carrera deportiva (individual y a falta de la posibilidad del relevo).
Diez oros mundiales y tres oros olímpicos después, 'pocket rocket' termina una travesía histórica en el atletismo, con una potencia sin comparación y superación de obstáculos como la maternidad durante el proceso. Se especuló con la razón de este DNS (El oro de Julien Alfred Santa Lucía, se sumó en la jornada del sábado a), tras la publicación en redes de un vídeo en el que se negaba el acceso a la jamaicana por no haber cogido el autobús oficial. En realidad, como confirmó la federación jamaicana, el equipo se equivocó de puerta y la retirada fue por un problema físico.
De cara a la final, y a falta de las jamaicanas favoritas (Shericka Jackson se retiró antes de la competición), Sha'Carri Richardson y Julien Alfred se citaron para la final con el oro en disputa. La costamarfileña Marie-Josée Ta Lou, la más rápida de las series, se metió en la final, también, con un ojo puesto en las medallas. Daryll Neita consiguió el pase junto a ellas y, en un perfil más bajo, las otras dos estadounidenses: Melissa Jefferson (que ganó su semi) y TeeTee Terry.
En la final, para sorpresa de todos los espectadores, una mujer dominó de inicio a fin el hectómetro completo. Desde el primer apoyo, la santalucense Julien Alfred comandó, se escapó del grupo y cerró su carrera en un espectacular tiempo de 10 segundos y 72 centésimas, récord nacional de Santa Lucía. Tras ella, Sha'Carri Richardson aseguró la plata con 10,87 segundos, por delante de su compatriota Melissa Jefferson, que saldó el doblete estadounidense en 10,92s. Ta Lou se lesionó en la fase de aceleración y no compitió hasta la meta; queda pendiente si podrá contribuir al relevo nacional.
La condición enormemente lluviosa en el Stade de France hace permanecer la duda alrededor de la velocidad de la pista, donde hemos visto una tasa menor de lo común de marcas personales y mejores marcas del año, a excepción de la gran marca de Alfred. La pobre salida de la líder del año, Sha'Carri Richardson (10,65s), alejó cualquier posibilidad abierta de asaltar los récords olímpico y mundial.
Los 180.000 habitantes de la isla de Santa Lucía, uno de esos paraísos caribeños donde el talento existe pero es complicado que sea exportado sin la estructura escolar de Estados UNidos, se reúnen cada poco para ver las grandes apariciones de sus deportistas en torneos globales. Su capital, Castries, acogió en la tarde del sábado una aglomeración alrededor de una pantalla gigante para ver la gran hazaña de Julien Alfred y sus 10,72 segundos: primer oro olímpico del país y récord nacional. Plan histórico para el país y unas imágenas completamente emotivas que no han tardado en llegar a las redes sociales.
El oro de Julien Alfred (Santa Lucía), se sumó en la jornada del sábado a la victoria de Thea Lafond (Dominica) en el triple salto y la medalla de bronce de Lindon Victor (Granada) en decatlón, en un selecto grupo de grandes éxitos para los pequeños países caribeños en estos Juegos Olímpicos de París.
Álvaro García es un estudiante de periodismo de la Universidad Complutense de Madrid cuya pasión es la comunicación y el deporte. Sobre todo la comunicación deportiva.
Se enamoró del deporte a los tres años, viendo los Juegos Olímpicos de Beijing en un hotelillo de Fuerteventura. Desde que le regalaron una máquina de escribir a los 12 años no ha parado de hacer artículos sobre todas las disciplinas deportivas que conoce. De esta forma se dio cuenta de que quería ser periodista muy temprano y decidió fundar su propia revista deportiva, Chapman. Revista en la que tratan temas relacionados con la actualidad deportiva del fútbol, baloncesto, tenis y atletismo, entre otras especialidades.
Gracias a ello ha estado acreditado en competiciones de RFEA y World Athletics, mundiales FIBA, Liga ACB, mundiales de hockey hielo, de X-Trial, partidos de rugby en el Metropolitano y muchos otros eventos que antes seguía por televisión.
Tiene la costumbre (o manía) de ir estrechando manos y presentándose a colegas y deportistas. Y es un aficionado al deporte de domingos, el de ver en el sofá y el de jugar con amigos en el primer terreno que se preste.
Actualmente lleva las redes de Runner’s World y escribe sobre actualidad del mundo del atletismo los fines de semana.