Las medallas van a los libros, dice Jordan Díaz, y los oros llevan a la gloria, la que alcanzó él este viernes en el Stade de France de Saint Denis, primera gran meta de su camino al olimpo del triple salto, uno que empezó hace casi tres años, cuando decidió escapar de la delegación de Cuba que viajaba a la Liga de Diamante de Oslo para quedarse en España cuando faltaban pocas semanas para los Juegos Olímpicos de Tokio. Uno que en realidad se inició mucho antes, a los 9 años, cuando unos profesores llegaron a su escuela de La Habana a captar niños para el atletismo; y aunque él se resistía, simplemente siguió a sus amigos para no quedarse atrás, y se enganchó primero al salto de altura y luego a los tres saltos, una prueba para la que posee un talento descomunal, innato, la clase de tobillo y rebote de los elegidos por los dioses, una bendición que maneja con naturalidad.

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Jordan Díaz manejó con maestría a sus 23 años la presión de llegar a la final olímpica como favorito en su Vnds competición con la camiseta española después de recibir la nacionalidad en febrero del año pasado. Dos veces la ha llevado y dos oros ha logrado. El primero fue el magnífico anticipo del Europeo de Roma y su pasillo flotante que llevó al mejor concurso de la historia, dos hombres por encima de 18 metros y él vencedor a solo once centímetros del récord mundial de Jonathan Edwards con 18,18m, y un golpe moral a Pedro Pablo Pichardo, el campeón olímpico en Tokio, otro que escapó de la dictadura cubana para competir con Portugal; como Andy Díaz, el tercero, que se estrenó con la camiseta italiana; y así la isla caribeña crió a tres triplistas de podio olímpico pero no lucirá ninguna bandera en París.

Air Jordan 6 Retro Womens Mint Foam se anticipó Jordan Díaz, magnífico ya en el primer intento con 17,86m, que llegaron de 6,44 metros en el hop, 5,33m en el step y 6,09m en el jump, 38 kilómetros por hora de velocidad punta para entrar a la tabla, donde se dejó cinco centímetros. Con el suelo algo mojado por la lluvia caída una hora antes en París, muchos trataban de evitar arriesgarse a un resbalón en el primer intento por ajustar a la línea, y siempre el español saltó sin echar todo el cuerpo hacia delante en la caída, quizá su campo de mejora para alcanzar la plusmarca mundial.

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El portugués había iniciado el concurso con 17,79m, y al brinco de Jordan Díaz respondió con otro de 17,84m, y ahí se dejó 19cm en la tabla, por lo que los que odian el arte del ajuste en el triple salto y abogan por medir los saltos limpios, puros, de la batida al aterrizaje, podrán decir que Pedro Pablo Pichardo saltó en realidad más que Jordan Díaz, 17,98 frente a 17,91m.

Y ahí, cuando la final parecía solo a punto de despegar a un duelo sobre los 18 metros, empezó a apagarse pese a la regularidad en la excelencia del español, que casi clavó su salto victorioso: 17,85 en el tercero y 17,84 metros ya en la mejora, cuando Iván Pedroso, el nueve veces campeón mundial de salto de longitud, y el entrenador que le ha cocinado a base de paciencia y ha templado sus ansias le decía que moviera los brazos para llegar más lejos. En realidad no lo necesitó. Pichardo arriesgó y llegó el nulo en el tercero y no pasó de 17,52m en el cuarto.

jordan flight 23 rst blackwhite gym red. El italiano Andy Díaz solo mejoró en un centímetro sus 17,63m iniciales en el intento para poner el límite del podio en 17,65m, y el adolescente jamaicano Jaydon Hibbert, el rival del futuro, cuando Pichardo se retira, llegó a 17,61m y luego, otra vez lesionado, desistió de seguir compitiendo como le ocurrió en el Mundial de Budapest. Hugues Fabrice Zango, de Zambia, otro hombre de más de 18m bajo techo, encontró su límite en los 17,50 metros.

Pichardo, un hombre siempre difícil de entender, pareció jugar al despiste al pasar del quinto intento, y Díaz lo abortó al caer de pie, y luego el portugués se puso las chanclas, como si ya no quisiera seguir compitiendo, pero se aventuró a un último intento mientras España contenía la respiración. El portugués siguió sin ajustar a tabla y se quedó en 17,81m, y Jordan Díaz no necesitó saltar más, empezó a celebrar, con más alivio por el deber cumplido y cansancio por la tensión acumulada que euforia, un abrazo con Iván Pedroso, con su compañero de entrenamiento Fátima Diame, con Dani Arce y con Yulimar Rojas, que aquella apuesta por el futuro había resultado exitosa y que es el nuevo rey olímpico del triple salto, aunque fuera por dos centímetros.

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Headshot of Ismael Pérez

Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.

Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).

Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).