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El atleta español de montaña Kilian Jornet (Sabadell, 1987) lleva el frío allí por donde pasa. Pareciera que Londres le hubiera querido dar la bienvenida, puesto que a su llegada la capital británica le brindó la primera nevada de la temporada.
"Es la naturaleza", insiste Jornet, antes de dar paso a una larga conversación con EFE en la que el tema principal es el cuidado del medioambiente, la longevidad y adicción del deportista, el ejemplo de Rafael Nadal y el riesgo y la duda de adentrarse en la montaña cuando se es padre de dos niñas y un tercer bebé está en camino.
Siente que usted hace suficiente.
Kilian Jornet: Bueno, es la naturaleza. Hemos visto un año raro, lo hemos visto en todas partes, un año con muchos cambios. Vivo en Noruega y ha hecho un otoño muy caluroso. Está cambiando, vamos a ver que el clima cada vez es más impredecible y que hace cambios más bruscos y más extremos.
¿Delorenzi y Rubtsova ganan la Skyrunner en Eslida?
Muchas veces nos damos cuenta de lo que pasa cuando nos pasa a nosotros. Desafortunadamente estos mensajes en zonas cercanas al Ecuador llevan más años sucediendo por cómo afecta el cambio climático. Hasta que no nos afecta personalmente, y nos toca a nosotros, a nuestra familia, yo creo que es más difícil visualizar los efectos.
También, olvidamos muy rápido las cosas. Cuando superamos una crisis, muy rápido ya estamos pensando en otras cosas y tendríamos que pensar más en el medio plazo y en el largo plazo. Evidencias ha habido desde hace años, pero con todas estas problemáticas actuales, como inmigración, que son debidas al cambio climático, y en la salud, como enfermedades que aparecen y que están ligadas al clima. Espero que todo esto nos haga cambiar como sociedad.
Tenemos mucho miedo al cambio. Los humanos y todas las especies estamos acostumbrados a lo que hacemos y estamos cómodos en ello. El cambio, tanto para bien como para mal, nos da miedo. Tenemos que dejar ese miedo para buscar un cambio que es necesario. Y va a pasar, no por las buenas o por las malas, pero sí de una forma más progresiva o más rápida.
¿Los no-récords de Mechaal y Marta Pérez en 10K?
Un individuo solo tiene poco poder, pero lo que nos hace humanos es la comunidad, el ser capaces de formar vínculos. El colectivo puede hacer cambios. Durante muchos años hemos vivido un miedo de decir cosas, porque nadie es perfecto y si esperamos ser perfectos para sacar algunas conversaciones, nunca van a salir.
Si empezamos a dejar de apuntar 'es que tú haces más, tú haces menos' y empezamos a decir 'yo hago esto y en qué puedo mejorar'. Estamos en ese momento de intentar dejar las acusaciones y ayudar. Tampoco podemos pedir lo mismo a una familia que le cuesta llegar a final de mes. La justicia medioambiental tiene que ir unida a una justicia social.
Las personas que tenemos más recursos somos las que tenemos que hacer más esfuerzo para que las personas que tiene menos no tengan que escoger ellas y el cambio llegue. También es difícil, porque los que más tenemos, tenemos más oportunidades y tenemos que elegir renunciar.
Es el clásico argumento de 'por qué tengo que usar yo una pajita de cartón', cuando un cantante utiliza el jet privado 300 veces al año.
Una pajita, si es por dos millones de personas en China, tiene mucha importancia, quizás más que un viaje en jet privado. Los que somos conocidos, por x o por b, somos los que tenemos que coger más responsabilidad de nuestras acciones.
¿Así es el mundial Ultimate de World Athletics?
Podría hacer mucho más, sin duda. Y cada año intento examinar lo que he hecho, tanto en familia, transporte, material y cómo se utiliza mi imagen, qué promociono. Sabiendo que la perfección no existe. Y también mirar dónde puedo tener más impacto, que aquí entran también las contradicciones. Sin contradicciones no existiríamos, todos tenemos algunas o muchas.
Tienes que plantearte, qué va a ser más interesante, quedarme en casa y no hacer nada, con eso tengo una huella de carbono muy baja, o hacer un proyecto, como por ejemplo La previa de la final de las Golden Trail Series, que implica viajes, etc. Ese proyecto tuvo una huella de carbono más alta que si me hubiese quedado en casa, pero allí reunimos a científicos para mandar un mensaje. En cada proyecto hay una contradicción.
Siendo emprendedor y activista y teniendo una marca deportiva (Camper), imagino que la contradicción siempre estuvo ahí.
Desde el primer momento dijimos, vamos a crear una marca nueva en un mundo que tiene un problema de sobreconsumo importante. Hubo un cuestionamiento importante, qué valor podemos dar. Lo que creemos es que podemos influir a la industria para hacer las cosas de otra manera.
Si queremos cambio ese cambio no va a llegar por criticar a los otros. ¿Qué puedo hacer para contribuir haciendo eso que, si yo no lo hago, va a seguir haciéndose? Pues con un impacto menor, haciendo más sostenibles los circuitos y poniendo la durabilidad de los materiales como una métrica más. Para ver si otras marcas, al ver la nuestra, también inviertan en durabilidad.
Un documental que me dejó muy impactado fue el de ‘Free Solo’, por el riesgo que entraña y por cómo una persona que va a ser padre es capaz de tratar de escalar una montaña solo con sus manos. A usted, padre de dos hijas y con una tercera en camino, ¿le cambió la perspectiva del riesgo?
Es curioso porque hablando con muchos alpinistas, incluido Alex (protagonista de 'Free Solo'), algunos dicen que les ha cambiado completamente cómo han ido a la montaña y otros, nada. Soy una persona muy racional y analítica. Muchas veces doy media vuelta y no me supone un problema para el ego. He intentado ser ambicioso, pero al mismo tiempo ser muy humilde en cuáles son mis defectos y no ir más allá, porque si no, no estaría aquí.
Mentiría si dijera que me ha cambiado. Desde que he tenido a mis hijas he tomado los mismos riesgos que antes, pero quizás de una forma distinta, pero porque tu conocimiento cambia. Antes había cosas que no veía y pasaba por la montaña sin conocimiento.
Sigo tomando el mismo riesgo, pero siendo consciente de mis limitaciones y también de lo que está en juego. Las veces que he continuado y las veces que he dado media vuelta me preguntaba: '¿cuál es la probabilidad de que me muera?' y basado en eso tomo la decisión.
Usted ve el sufrimiento como un peaje para conseguir algo, ¿cuál es la vez que más ha sufrido?
Hay que distinguir el sufrimiento buscado, porque cuando he sufrido en una carrera o en un proyecto es porque lo he buscado. Estoy sufriendo porque quiero. Es autoinfligido y porque quiero algo. Es soportable.
Luego otra cosa es el sufrimiento de cosas que no esperas, como por ejemplo cuando he tenido amigos que han muerto en la montaña junto a mí. Aunque sepas que existe esa posibilidad, deja de ser menos duro. Hace años estuvimos en Nepal, durante el terremoto y sacamos bastantes cadáveres, incluidos de bebés, eso es algo muy duro.
y Manuel Sánchez Gómez.
Ese es el ejemplo. Aquí se nota por qué se hace deporte. Rafa, desde hace varios años, no necesitaba jugar al tenis, pero quería seguir, porque es lo que le gusta y lo que le aporta vida. Sufría, pero le aportaba una recompensa. Mucha gente no se da cuenta de esa recompensa interior.
Vemos las recompensas en forma de victorias, trofeos, y eso realmente en la mente de muchos deportistas tiene muy poca importancia. Es más esa satisfacción que encuentras al realizar una actividad, al conseguir esos retos del día y por lo que sufrir es interesante.
El caso de Andy Murray es uno de los más significativos. Fue el mejor del mundo, lo había ganado todo, se operó de cadera, pasó a estar fuera de los 50 mejores y siguió jugando torneos menores. Lo que mucha gente llamaría 'arrastrarse'.
Es difícil entenderlo desde fuera. Otro caso es el de Chris Froome, que ha ganado tours y ahí está siendo uno más en el pelotón. Porque lo importante muchas veces no es ganar millones, es disfrutar haciendo deporte. El deporte es salud en todos los aspectos. Aunque te puedas lesionar, no hacer deporte siempre va a ser peor. Cuando dominas tanto un deporte, disfrutas de detalles muy pequeños, te importa más el cómo tocas la bola que el ganar el punto. O fluir bien en la carrera, más que ganarla.
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