- Desirée Vila se sacude las presiones en París 2024
- Desirée Vila: “Tuve que reinventarme y dejar atrás los comentarios de los demás”
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Desirée Vila (Gondomar, Pontevedra, 15 de junio de 1998) es una atleta que ha sabido partir de cero y reinventarse con nota. Originalmente gimnasta acrobática, tras sufrir una grave lesión en 2015 perdió la pierna derecha, y después de recuperarse física y mentalmente, volvió al deporte de élite reconvertida en saltadora de longitud. Con dos Juegos Olímpicos a sus espaldas (París 2024 la dejó abatida al no obtener los resultados esperados) y con una Medalla de Oro al Mérito Deportivo (2022), Desirée está llena de proyectos y desafíos con los que reinventarse en 2025.
Después de París 2024 tu vida se ha transformado.
Siempre que acaba un ciclo deportivo, y más aún si son unos Juegos, es buen momento para tomar ciertas decisiones y ver qué se puede mejorar. En mi caso ha terminado mi época de vivir en la residencia Blume y me ha dado pena, porque llevo ahí casi toda mi carrera deportiva como atleta, pero tenía que volver a Londres para terminar mis estudios universitarios. También ha sido el momento de operarme, porque tenía una lesión que venía arrastrando desde hace mucho tiempo y quería empezar la temporada del 2025 con todo arreglado. Los cambios también son positivos porque tienes nuevas motivaciones, estímulos, compañeros, equipo y un ambiente diferente que va a ser para mejor.
¿Con qué te quedas de tu paso por tus segundos Juegos Olímpicos?
La verdad es que fue un momento muy duro, porque entrenar tanto para llegar allí y no poder mostrar tu mejor versión siempre es frustrante. El deporte muchas veces es injusto. En mi caso, por dos saltos nulos. No creo que haya sido tanto por los nervios, a veces simplemente uno tiene mala suerte. Obviamente, duele mucho porque has estado trabajando muy duro. También por el hecho de que estaba toda mi familia y quería devolverles todo lo que han hecho por mí, y no fui capaz. Sinceramente, he tenido que trabajar mucho psicológicamente el cómo aceptar esa parte de mi vida, cómo remontar y cómo volver a ser la misma de antes. Yo soy muy alegre, pero después de los Juegos no era yo. Todavía me estoy recuperando, no estoy bien al cien por cien pero ya estoy enfocada en lo siguiente. Sé que quiero preparar Los Ángeles. Quedan cuatro años y hay objetivos más a corto plazo, un Mundial, competiciones a nivel internacional… Estoy ilusionada porque creo que, a partir de ahora, todo lo que venga será mejor.
¿Qué retos te esperan en el nuevo año?
En 2025 empiezo a entrenar con un nuevo equipo en Guadalajara. Y creo que va a ser algo bueno para mí, porque tengo muchísimo potencial en cuanto a nivel técnico. Todavía hay mucho margen de mejora. Preparar Los Ángeles y sé que puedo estar ahí en mi mejor versión. Tenemos un Mundial en noviembre, que va a ser en la India…
¿Te estás reinventando?
Es verdad que he tenido que empezar de cero muchas veces. Los cambios me estimulan. Me dan una motivación extra. Era el momento de ver lo que estaba fallando, en qué se podía mejorar e intentar cosas nuevas. Empezar de cero, pero con la base que sigue estando ahí: la esencia, la pasión por el deporte, pero quizás con un poco más de madurez, con nuevos aprendizajes, con frustraciones, con situaciones bonitas, situaciones más complicadas, con dos Juegos ya en la mochila. Y todo eso suma. Entonces, con muchas ganas.
¿Cuáles consideras que han sido tus momentos más críticos?
Los momentos más duros de mi vida siempre han estado relacionados con el deporte. Y es irónico, porque es lo que más me gusta hacer y lo que me da tantas alegrías. Pero también me da grandes lecciones y momentos complicados de gestionar. Primero, la amputación de la pierna, por la edad que tenía, por cómo te cambia la vida el tener una discapacidad de un día para otro. Y al empezar en el atletismo, tener que gestionar ese miedo a volver a lesionarme. Eso lo trabajé con mi equipo, con mi psicóloga deportiva. Y luego llegar a una competición tan importante y que no te salgan las cosas como tú habías planeado, y te das cuenta de que no siempre van a ser las cosas como tú quieres y eso forma parte de la vida. Te hace reflexionar, porque yo creo que por más golpes que me da el deporte sigo ahí porque es lo que me gusta. Y aunque me frustre, sigue siendo mi esencia.
¿Una débil fortaleza mental incapacita más que una física?
Sí. Se habla mucho de la discapacidad, en mi caso, una física, las limitaciones que puedes llegar a tener por el hecho de que te falte una pierna. Pero en mi vida he vivido más limitaciones por los prejuicios de la sociedad o quizás por mis propios sesgos inconscientes. Realmente me he ido dando cuenta de que esas limitaciones las tenía yo en mi cabeza. No depende tanto de que tengas una discapacidad, depende de esa fortaleza interior, de las ganas que tú tengas, de la gente de la que te rodees. Todo eso hace que tú saques esa fortaleza.
La importancia de los patrocinadores
Desirée forma parte del Team Visa, que apoya a deportistas de todo el mundo. Este programa proporciona a los atletas las herramientas, recursos y apoyo necesarios para prosperar tanto dentro como fuera del deporte.
iquest;Por qué te decidiste por el salto de longitud.
Para mí es fundamental. Remamos en la misma dirección y mis patrocinadores se alinean con lo que quiero conseguir y transmitir a la sociedad. El deporte traslada muchísimos valores, es una parte importante de la educación porque enseña a trabajar en equipo y a ser mejor persona cada día. Y en este caso, B100 también intenta ser mejor cada día y hacer una sociedad más consciente del planeta, de la realidad que vivimos y de lo necesario que es tomar acción y que, como usuario, puedas hacerlo.
La entidad, B100, te da rentabilidad si te cuidas. ¿Cómo funciona?
La parte financiera en el mundo del deporte es muy importante, así como que podamos entender y aprender la importancia que tiene la salud financiera y cómo gestionar nuestro dinero y nuestro patrimonio. Pero luego está ese extra que te da B100, que si te cuidas y cumples los objetivos de salud diarios conseguirás ahorrar en una cuenta con una rentabilidad muy interesante; y que si pagas con su tarjeta Visa, estás ayudando al planeta de manera directa. Eso es muy bonito, porque no supone un gran esfuerzo y son los pequeños hábitos los que pueden crear un impacto positivo en el planeta.
¿Qué supone para ti ser del Team Visa?
Pertenecer a este grupo de deportistas me ha supuesto tener mucha visibilidad y haber conocido a atletas a los que siempre he admirado. Este año tuvimos la oportunidad de ir a París a un evento con atletas de todo el mundo. Y es muy bonito, porque muchas veces los deportistas solo nos enfocamos en nuestro deporte, y en esta ocasión pude conocer la vida de otros deportistas de todo tipo de deportes. Además, tienes que estar con una marca que apueste por ti, para no quedarte atrás respecto a las rivales a nivel mundial.
Eres un referente para muchas mujeres y personas con discapacidad. ¿Cuáles han sido los tuyos?
Uno de mis referentes es Almudena Cid. Su historia y la mía se conectan en el punto de tener que retirarte del deporte y dejar atrás algo tan importante como era la gimnasia, en mi caso fue la acrobática. Es verdad que Almudena pudo decidir cuándo y cómo, pero el saber reinventarse es algo que aprendí de ella y pude darme cuenta de que mi personalidad era deportiva, pero que podía hacer muchas más cosas. Quiero dejar mi huella no solo en el mundo del deporte, sino más allá, que otras personas se puedan fijar en mí para aceptar su cuerpo, y ser más conscientes del mundo de la discapacidad.
¿Por qué te decidiste por el salto de longitud?
Empecé en el salto de longitud un poco de chiripa. Quería aprender a correr y para correr necesitas una prótesis ligera de fibra de carbono. El equilibrio cambia mucho y te tienes que acostumbrar a la biomecánica. Para mí eso era un reto, y un buen reto me gusta. Entonces, me dije: “Vale, voy a aprender a correr”. Y me comentaron que también podía practicar salto de longitud. La longitud tenía un poco más de sinergia con la gimnasia, porque en la acrobática estamos haciendo equilibrios y ese control sobre mi cuerpo ya lo tenía. Esto facilitó el que aprendiese rápido la técnica y empecé a competir pronto. Y así es como acabé en el atletismo donde he participado en dos Juegos Olímpicos.
¿Cómo te preparas mentalmente para una competición?
Mentalmente era mucho más insegura. Me hacía muy chiquitina en las competiciones. Me comparaba con mis rivales y es que ellas tenían más experiencia. Me sentía menos buena. Eso me hacía ponerme muy nerviosa y no poder demostrar todo lo que podía llegar a hacer. Ahora, trabajando con la psicóloga deportiva y con la experiencia de tantas competiciones complicadas, eso me ha hecho madurar como deportista y competir con más seguridad. Sin embargo, en París, me impresionó porque era un estadio con 80.000 personas, y mi referencia en los Juegos de Tokio era sin público. De repente, sales ahí, dicen tu nombre, todo el mundo aplaude, grita. Fue increíble. La conexión con el público fue muy bonita, especial y me puse un poco nerviosa.
¿Eres de las que miran más al pasado que al futuro?
No. Me he dado cuenta de que no tiene utilidad. Quizás es útil para aprender de errores o por la morriña gallega típica de echar de menos ciertas cosas. Sí que echo de menos la gimnasia o ciertos aspectos de cómo era mi vida antes, pero me siento muy afortunada, porque estoy viviendo una vida que nunca habría imaginado. Es que ni siquiera lo soñaba de pequeña, no sabía ni que me podía dedicar profesionalmente al deporte. Soy de disfrutar el presente y de marcarme retos. Así que te diría que soy más de mirar al futuro.
Y si vivieras 100 años, ¿cómo te gustaría vivirlos?
Intentaría hacerlo con más calma, porque es verdad que no paro. Me gusta hacer mil cosas a la vez y creo que este ritmo es insostenible durante 100 años. Me gustaría realizar proyectos más a largo plazo. A veces somos demasiado cortoplacistas porque tenemos muchas cosas que queremos hacer. Intentaría tener una vida más sostenible, rodeada de la gente que quiero. Y con el deporte, eso siempre.
Y entre salud y dinero y amor, ¿cuál es el orden según la importancia que tú le das?
Lo más importante es la salud, tanto física como mental. Y luego el amor. Yo creo que el amor es lo que te salva en los momentos más complicados, el amor de la gente que te quiere, que te rodea; en mi caso, de mi familia, de mis amigos. Y aunque el dinero es importante, no debería ser el objetivo final.
Texto: Lola López @lolai_lopez
Dirección: Jordi Martínez @jordimartinezmh e Iván Iglesias @bayovan
Grabación y edición de vídeo: Diego Rueda @d.rueda.m
Fotografía: Fernando Roi @fernando_roi
Asistente de fotografía: Idoia Vitas
Grooming: Tatí Garú - @tatigaru.makeup
Dos medallas para el cuponero de Chamartín: adidas @adidas_es
Experta en running, triatlón y carreras de media distancia. Licenciada en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Redactora de moda y belleza en Men's Health, Women's Health y equipamiento deportivo en Runner's World. Antes, redactora en las revistas Hablan, Elle Decor, Casa 10, Diez Minutos, Qué me dices y La revista de Ana Rosa. Campeona de la Comunidad de Madrid y Subcampeona de España de SwinRun por parejas femeninas. Todo lo nuevo en el mundo del deporte, lo pruebo.
