Barcelona Parque Natural de la Sierra de Collserola Montjuïc y el Parque Natural de la Sierra de Collserola. Pero no todo el mundo tiene la fortuna de vivir cerca de esas dos maravillas de la naturaleza, y la opción de tener que coger el metro nada más levantarse para ir hasta alguno de ellos no resulta muy apetecible.

Por eso, muchos recurrimos no a los pulmones de la ciudad, sino a su corazón: el parque de la Ciutadella, una gran extensión ajardinada de 17,42 hectáreas (que lo convierten en el segundo más grande de la ciudad), con amplias arboledas y senderos de tierra que permiten correr a gusto y sin peligro de machacarte las rodillas. Yo lo hago a primera hora, pero muchos prefieren al caer la tarde. Es un auténtico placer pasar al trote cerca de un lago con profusión de plantas exóticas y animales acuáticos, admirando las palmeras, las formidables esculturas que jalonan sus senderos y los emblemáticos edificios modernistas que te salen al paso.

Correr en el Parque de la Ciutadella de Barcelona
Rosa Martí / César Núñez
Una de las estatuas más llamativas del parque es la de este formidable mamut. Algunos atletas la usan para hacer estiramientos.

A las siete de la mañana el parque bulle con corredores que aprovechan las primeras horas del día para entrenar en un entorno mágico, antes de que se llene de gente, sobre todo de turistas. Una de las runners que entrenan todos los días mientras despunta el sol es Lucía Scognamillo, estudiante que, además del running, practica varias artes marciales, especialmente mugendo. Acude al parque al amanecer para correr y estar en contacto con la naturaleza. “A estas horas, el parque es un auténtico santuario. El olor de la tierra húmeda, de la hierba recién regada, el trino de los pájaros, los colores de las distintas flores, todo eso te pone las pilas para el resto del día”, asegura Lucía. Una opinión que también comparten cientos de atletas.

Al caer la tarde

Otros, como Albert Casas, especialista en competiciones de Términos de uso, suelen correr al final del día por el parque de Montjuïc. Pero, en ocasiones, decide dejar la montaña y bajar al mar a entrenar por el litoral. Y el parque de la Ciutadella es un punto intermedio en su trayecto, un lugar a medio camino en el que marcarse unos esprints y progresivos, lejos del asfalto, que en realidad está solo a unos cientos de metros, aunque aquí te abstraes hasta el punto de no notar su existencia.

Correr en el Parque de la Ciutadella de Barcelona
Rosa Martí / César Núñez
Cada día se dan cita en este lugar cientos de corredores. La mayoría en las horas del amanecer y el atadecer.

De hecho, hace unos años, yo misma me encontraba con un grupo Meet Up de corredores que quedábamos en la puerta del parque que da al Arco de Triunfo. Desde allí ibamos a la carrera hasta el parque del Fòrum para luego volver a la Ciutadella, donde acabábamos con ejercicios de fuerza, planchas, tablas y estiramientos. Lucía y Albert son solo dos de los cientos de corredores que a diario entrenan en este lugar. Algunos, como ellos, lo hacen en solitario, y otros en grupos.

En pandilla lo hacen los miembros de Run2live BCN, una asociación deportiva, que desde 2008 corren tres días por semana en el parque: los martes a las 19:00 h, los jueves, a las 19:30 h y los sábados a las 9:30 h. Los entrenamientos están dirigidos por María Luisa Muñoz, una legendaria figura del atletismo español que fue récord femenino de maratón en 1996, con un formidable tiempo de 02:28 h. Los corredores de Maria Luisa realizan primero un calentamiento de unos 20 minutos, y luego corren por un minicircuito de 2 km dentro del parque.

Entre especies botánicas y monumentos

La ruta discurre plácidamente entre arboledas de tilos y estatuas, pasa junto al Umbráculo y el Invernáculo, ambos espacios dedicados a la conservación de especies botánicas, y sigue hasta el castillo de los Tres Dragones, un precioso edificio modernista construido para la Exposición Universal de 1888 (aunque las obras no se acabaron a tiempo), y que hoy alberga el Laboratorio de Naturaleza del Museo de Ciencias Naturales.

Territorio runner: Parque de la Ciutalla de Barcelona
Rosa Martí / César Núñez
El parque es un auténtico oasis de biodiversidad, donde los árboles centenarios conviven con especies troplicales

En la Ciutadella se pueden hacer todo tipo de entrenamientos de running: series cortas, fartlek, cuestas... Para estas últimas, se suelen utilizar las escalinatas del conjunto arquitectónico de la Cascada Monumental. Con ese trabajo de fuerza, se mejoran la potencia aeróbica y la capacidad cardiovascular, y se aumenta la velocidad de carrera. Además, las series en escaleras fortalecen los tobillos y los cuádriceps y hacen que la zancada sea más eficaz. Y cuando llegas a la cima de la escalinata, las magníficas vistas son un premio al esfuerzo.

Ahí, entre las esculturas de dioses y héroes de la mitología griega que adornan el lugar, la brisa que corre ayuda al atleta a recuperarse. El parque es muy llano, pero las escaleras de la Cascada Monumental son como un box de crossfit. Pero este box está al lado de un vergel, ya que junto a la cascada se encuentra el Jardín Romántico, con su exuberante vegetación.

Un regalo para los sentidos

Mires donde mires, la Ciutadella es un entorno natural privilegiado. En todo el parque abundan los tilos, las magnolias, los álamos, los cipreses, los castaños, las palmeras datileras, los pinos, las adelfas... Y para rematar el conjunto, los corredores que lo pisan por primera vez se llevan una formidable sorpresa al encontrarse con la colosal estatua de un mamut, que hace las delicias de todos los visitantes. Una figura que está arropada por los exóticos y legendarios árboles Ginkgo Biloba, originarios de Japón.

Correr en el Parque de la Ciutadella de Barcelona
Rosa Martí / César Núñez
Mejores auriculares para correr.

Y este magnífico escenario cuenta con su propia banda sonora formada por los trinos y graznidos de una fauna compuesta sobre todo por aves. Hay en el parque censadas más de un centenar de especies diferentes, entre las que destacan las garzas reales, los jilgueros, los petirrojos, los verdecillos, los mirlos, y muchos tipos de ánades. De hecho, abundan los corredores que no usan música para sus entrenamientos, pues prefieren escuchar esa sinfonía de sonidos animales, que les ayuda a respirar hondo, a conectar con la naturaleza y a correr mejor y con buen ritmo.

Para rematar las jornadas de running, dentro del parque se encuentran las instalaciones del polideportivo municipal, el CEM Ciutadella, que permiten finalizar el entreno diario con una sesión de bodypump, de pilates, de yoga o con un chapuzón en la piscina.

¿Conectarlo con el mar?

El parque de la Ciutadella linda con el zoo de Barcelona o, mejor dicho, el zoo ocupa una parte del parque que no es de uso público, a no ser que pagues la entrada. Desde hace unos años, existe un proyecto del Ayuntamiento para unir este espacio con el parque de la Barceloneta y así conectarlo con la playa. Eso sería el sueño de cualquier corredor, ya que se crearía una franja verde que se alargaría hasta el Paseo Marítimo, dando lugar a un circuito único de muchísimos kilómetros.

Mientras ese fantástico proyecto toma forma, disfrutemos de este entorno que no solo es un oasis de biodiversidad, sino también un museo al aire libre por la profusión y la calidad de sus esculturas y edificios. Una delicia para todos los sentidos. Un lugar privilegiado en el que correr se convierte en un auténtico placer.

Este artículo pertenece a la edición de septiembre de Runner's World.